A partir de las grandes oleadas inmigratorias de la segunda mitad del siglo XIX las vastas extensiones de la llanura pampeana fueron dedicadas a la agricultura y la ganadería extensivas, convirtiendo a la Argentina en el granero del mundo.
El territorio nacional abarca desde el Trópico hasta el paralelo 52, con climas que van del subtropical al subantártico. Es por este motivo que permite el cultivo de todo tipo de cereales, oleaginosas y legumbres, como así también la cría de las más variadas e innumerables razas de ganado.
La tecnificación de la agricultura y de la producción ganadera, ocurrida recientemente, convierte a los campos argentinos en unos de los más rentables del mundo gracias a su relación precio/producción.
Esto se debe a la inserción de la Argentina en la economía global, reduciendo los impuestos sobre las exportaciones a niveles razonables y permitiendo a los productores vender sus productos a precios internacionales con notorios beneficios.
No podemos dejar de destacar que en algunos rubros los productos argentinos tienen premio sobre sus similares producidos en otras partes del mundo por su inmejorable calidad. Entre ellos se destacan las carnes, el trigo candeal, el trigo duro, el maíz duro, y muchos más.
Por último, la integración de Argentina al Mercosur, un mercado común con 300 millones de habitantes, coloca la producción de alimentos en inmejorable situación. En efecto, ARGENTINA es prácticamente el único de los integrantes del Mercosur que es netamente exportador de alimentos al mercado internacional.
De acuerdo con la tendencia mundial de producir alimentos de alto contenido proteico, gran parte de la llanura pampeana se encuentra hoy dedicada al cultivo de soja. Además en las cercanías de los principales puertos exportadores se han instalado modernísimas fábricas de aceite. También existe una casi descontrolada demanda para obtención de biocombustibles. ( fundamentalmente jatropha ).
El aumento de la superficie cultivada ha desplazado a la ganadería a zonas menos aptas para la agricultura intensiva, demostrándose así la excelente aptitud de las llanuras chaqueña y mesopotámica para la cría de ganado vacuno. El inconveniente ocasionado es irremediable, al disminuir considerablemente el número de cabezas de ganado por el aumento de hectáreas dedicadas al cultivo, el precio de la carne ha ido en aumento hasta llegar a valores impensados hace poco tiempo atrás.
Estas mismas tierras, antes vírgenes, hoy son también explotadas en forma intensiva con cultivos que se adaptan a los climas tropicales, tales como algodón, girasol, arroz, etc.
Dicha inserción en los mercados globales está obligando a los productores argentinos, que hasta hace una década utilizaban exclusivamente sistemas extensivos, a reconvertirse y adoptar sistemas intensivos de cultivo, cría y engorde de ganado, para poder competir en mejores condiciones en los mercados mundiales.
Asimismo, las importantes extensiones que aún se encuentran en Argentina ubicadas bajo una misma unidad de explotación disminuyen notablemente los costos de administración y explotación con respecto a otros países donde la tierra ha sido subdividida en parcelas menores.
En los últimos años, importantes empresarios extranjeros, atraídos por el futuro de una actividad en reconversión, han invertido cuantiosas sumas en campos en la República Argentina. Además han intuído y verificado el excelente negocio empresarios y políticos de Rusia, EEUU y China.
Súmese Ud.al grupo con más visión de futuro.
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